Las glándulas suprarrenales son
órganos pares que cubren los bordes superiores de los riñones. Cada suprarrenal
consta de una corteza externa y médula interna que funcionan como glándulas
separadas. La corteza suprarrenal
secreta hormonas esteroides llamadas corticosteroides, o corticoides, como una
contracción de la palabra. Hay tres categorías funcionales de corticosteroides:
1) mineralocorticoides, que regulan el equilibrio de Na+ y K+; 2)
glucocorticoides, que regulan el metabolismo de la glucosa y de otras moléculas
orgánicas, y 3) esteroides sexuales, que son andrógenos débiles (incluso
dehidroepiandrosterona, o DHEA) que complementan los esteroides sexuales
secretados por las gónadas. Estas tres categorías de hormonas esteroides se
derivan del mismo precursor (molécula progenitora), el colesterol.
Las células de la médula
suprarrenal secretan adrenalina y noradrenalina en una proporción aproximada de
4:1. Los efectos de estas hormonas catecolamina son similares a los causados
por estimulación del sistema nervioso simpático, excepto porque el efecto
hormonal dura aproximadamente 10 veces más. Las hormonas de la médula
suprarrenal aumentan el gasto y la frecuencia cardiacos, dilatan los vasos
sanguíneos coronarios, e incrementan el estado de alerta mental, la frecuencia
respiratoria y el índice metabólico. La médula suprarrenal está inervada por
axones simpáticos preganglionares, y secreta sus hormonas siempre que el
sistema nervioso simpático se activa durante “lucha o huida”. Estos efectos
simpático-suprarrenales son apoya- dos por las acciones metabólicas de la
adrenalina y la noradrenalina: aumento de la glucosa en sangre debido a
estimulación de la glucogenólisis hepática (desintegración de glucógeno), e
incremento de los ácidos grasos en sangre como consecuencia de la estimulación
de la lipólisis (desintegración de grasa).
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